Nuestras ágoras

Una integrante del colectivo nos aporta este interesante articulo que escribio hace un tiempo.

Espacios públicos en Rancagua. ¿Existen? ¿Los aprovechamos? Quizás falta mucho para que realmente tengamos una cultura de vida pública... pero por alguna parte hay que empezar.
En Nuestras calles son espacios públicos en que sujetos deambulan realizando acciones cotidianas. La mayoría transita desde sus hogares hacia sus lugares de trabajo, pero ¿cuántos rancagüinos realizan intervenciones sociales en pos de la ciudad?

Desde la antigüedad ha estado presente el concepto de espacio público, pensado como el lugar de encuentro de ciudadanos libres que se informan, dialogan y discuten temas de intereses privados y de construcción social. Pese a ello, creo que no sé si será por la formación de mi universidad o porque la palabra opinión pública está siendo cada vez más utilizada, que dentro de estos últimos años se ha manifestado una preocupación constante por nuestros lugares de reunión.

Una vez escuchaba a un amigo decir que en Rancagua los sitios para encontrarse con otros eran el mall y los supermercados. Este mismo amigo manifestaba que tenía serias dudas de que en unos años más todo estuviera relacionado con el consumo y no así con las verdaderas prácticas ciudadanas.

En este sentido, creo que quienes nos decimos ciudadanos y tratamos de hacer uso de distintas maneras para alzar nuestras voces, hemos avanzado un poco en la forma que estamos observando y confeccionando nuestra ciudad. Pienso, por ejemplo, en la participación activa de grupos de jóvenes que claman por la creación de un teatro regional, en el que se puedan dar a conocer sus trabajos, como también que se evidencien oportunidades, diversión, lugares de encuentro y cultura.

En la misma lógica, y pensando en otras formas de lograr manifestación de los sujetos, está la obtención de otros lugares con el propósito de construir una identidad local. Uno de los terrenos y edificaciones que causa polémica y que aún no se conoce su nueva utilización es la ex cárcel de Rancagua. Varios comentarios se han escuchado al respecto: se habla de que se vuelva una más de las instalaciones de los tribunales y también hay personas que desean que se vuelva un centro cultural al estilo porteño.

Ambas dudas existen hoy, nadie puede decir que no sean necesarias en la zona y tras la gestión de unos pocos voceros existe una verdadera comunidad que busca sociabilizar tras distintas maneras de trabajo.

De tal forma es que es necesario que por medio de este espacio público que es el que existe de una forma tecnológica y virtual, pero que en el fondo todos sabemos que es la mejor manera de hacer ciudadanía, se hablen estos temas y se entreguen respuestas claras y concretas a quienes quieren desarrollar una cultura territorial.

Abro el debate y la discusión de estos tópicos a nuestras coterráneos.

Escrito por Mariely Mardones